jueves, 10 de noviembre de 2011

MARCO CONTEXTUAL

Los medios interactivos, son herramientas que han acercado a las personas con el mundo global, es por esto que, empresarios han apostado en crear o publicitar sus propias empresas por medio de la red gracias a su velocidad en el tiempo, debido que la gran mayoría de la población mundial, viven conectadas desde cualquier portal, sea desde sus computadores, celulares, tablets, entre otros.  Es por esta razón que no solo los adultos hacen uso de dichos medios, por el contrario sus mayores usuarios se encuentran en las edades más jóvenes, lo que ha ocasionado una inquietud en estudiosos del tema, pues la gran mayoría de estudiantes que poseen cuentas en redes sociales pasan gran cantidad de tiempo en dichas cuentas.

Según Freddy Linares Torres, de la universidad del Pacífico de Lima, “Las generaciones actuales dedican mayoritariamente su tiempo online a buscar información (93%), conversar (72%), conocer nueva gente (40%), entre otros. Se mueven en nuevos espacios, en redes sociales, en servicios de microblogging, etc. No en vano Blackboard, una de las plataformas de gestión de contenidos académicos más importantes del mercado, cuenta con una aplicación en Facebook para “quitar” algo de la atención online a más de los 9.500 usuarios-estudiantes de alguna de las instituciones miembro hacia temas de aula”[1]

Así mismo los jóvenes muchas veces no le dan el uso correcto a la tecnología  y desvían su real beneficio tomando los medios interactivos con otros intereses no tan realmente a portantes; influenciados por su mismo entorno, viendo la tecnología como un asunto de juego, amigos y muchas veces una forma para conocer a las personas, pero no ven realmente su importancia y lo valioso que estos medios podrían ser para su vida profesional.
“Ante este panorama, es cada vez más necesario centrar la “dignidad humana” como el elemento principal de reflexión ética para la acción del ser humano, y muy especialmente en todo el ámbito de la comunicación. Hoy, gran parte de nuestra vida está bajo la influencia de instrumentos y medios de la comunicación.
Una vez finalizadas las jornadas laborales, las personas van en busca de los programas misceláneos de la televisión, o van al cine. Por su parte, niños y jóvenes luego de los estudios pasan horas frente al Televisor, en los video juegos o chateando en Internet. Sin lugar a dudas, esta nueva comunicación es la clave en la cultura actual, y está generando una nueva forma de relación e interacción entre las personas de distintos ámbitos del quehacer diario como son: la vida familiar, los espacios comunitarios, trabajo y la vida cultural”[2]

Los medios digitales se han transformado en soportes potenciales de la publicidad interactiva, introduciéndole cada vez mas información y más marcas a los individuos que constantemente mantienen on-line.

“El planeta y nuestras vidas están llenas de publicidad por todas partes. Arrojar más y más publicidad a Internet es absurdo. Periódicos, televisión, radios, vallas publicitarias en las calles y las carreteras. La publicidad es ubicua. Recibimos publicidad no deseada en folletos al salir del metro o pasear por la calle. Publicidad en papel inunda el buzón de nuestra casa. Recibimos llamadas de teléfono que no esperamos, con las que intentan vendernos algo que no necesitamos. Mensajes a través de SMSs que no nos interesan. Nos obligan a ver anuncios antes de las películas en el cine o al alquilar un DVD” [3]

Según Marc Raboy y Marcelo Solervicens “El estado actual de los medios de comunicación sobre todo en esta época de globalización ilustra los nuevos desafíos que reubican el papel de los medios de comunicación dentro de una sociedad de saberes compartidos.
Es necesario destacar que en el contexto de la globalización neoliberal, la información “digital” se ha transformado en una mercancía más que circula de acuerdo a las leyes del mercado de la oferta y la demanda.
Según esta lógica, los medios no están vendiéndoles información a los ciudadanos, están vendiendo los ciudadanos a los publicistas. En esta medida, los contenidos resultan en distorsión de la realidad, fortaleciendo los estereotipos y reduciendo claramente la diversidad de los contenidos distribuidos”.[4]
Según un informe de La Unión Internacional de Telecomunicaciones, “los menores de 18 años dedican a los medios digitales una media de 14 horas semanales, mientras que para la televisión reservan 12 horas; para la radio, seis, y para los periódicos, revistas y cine, dos horas.
Entre los de 18 a 54 años, los medios digitales absorben 16 horas, mientras que la televisión cerca de 13; la radio, ocho; los periódicos, dos (entre los de 36 a 54 años sube a tres horas); las revistas, otras dos y el cine, una.
Durante el año pasado las TIC movieron 3,13 billones de dólares y las que más negocio generaron fueron las telecomunicaciones: en hardware, unos 235.000 millones de dólares anuales y en servicios, cerca de 1,186 billones.
Les siguieron la informática (379.000 millones en hardware y 741.000 en servicios) y la radiodifusión (294.000 y 295.000, respectivamente).”[5]




[2] http://comunicaziones.blogspot.com/2010/05/la-etica-en-los-medios-de-comunicacion.html
[3] http://www.taringa.net/posts/info/2122062/10-razones-para-aborrecer-la-publicidad-en-Internet.html

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